lunes, 26 de agosto de 2013

MAMÁ

     Me gusta recordarte con ese aire hippy chic de los 60 y tu pelo rubio a lo garçon solo apto para rostros tremendamente perfectos como el tuyo. Esa es la imagen que siempre guardo en mi retina, hermosa Raquel.

      Recuerdo cuando veíamos a nuestra querida vecina Lola deambulando sin rumbo en su alzheimer y tú decías "antes de que me suceda algo así que Dios me lleve" y yo pensaba a ti no te sucederá eso jamás, a  ti no. Pero llegó un día en que tu cabeza empezó a hacer trampas, a olvidar lo inolvidable, a olvidar la belleza de tantos recuerdos compartidos a lo largo de los años. Los papeles empezaron a multiplicarse con notas para no olvidar lo cotidiano, repetías una y otra vez las mismas preguntas y contabas las mismas historias, pero lo esencial, lo hermoso se escapaba sin la mínima esperanza de poder atrapar aquel recuerdo y rememorarlo juntas.




      Pero ahora soy yo la que atrapa recuerdos, me he convertido en una caja de tesoros y cada historia que se ha escapado de ti yo la guardo por las dos, para las dos, para compartirla con aquellos que nos aman, el día que conociste a papá, vuestra boda, mi nacimientos, nuestras conversaciones eternas tomando un chocolate con churros en la cafetería del Corte Inglés, esas pelis de cine clásico con palomitas de azúcar, tus besos, si toco mi mejilla todavía puedo sentir tus besos.

      Ahora como Lola tú también deambulas por ese triste y desconocido mundo del alzheimer, la última vez que estuvimos juntas me preguntabas quien era aquel señor colgado y yo te decía Jesús, ma es Jesús el que te cuida cuando yo no estoy, el que me cuida a mi también para que el dolor no me supere, para no rendirme a la desesperación de lo que no se puede cambiar, a veces siento terror porqué no te reconozco, pero no es cierto porqué cuando cierro los ojos y te abrazo y me besas, son tus brazos, son tus besos y eso no hay alzheimer que lo robe, no hay amor que el alzheimer robe, ahí nunca podrá llegar, ni tampoco podrá robar la Fe porqué la vida a pesar de todo es hermosa y en gran parte gracias a personas hermosas como tú, por algo el 29 de agosto de 1939 te bautizaron con ese nombre delante de Raquel, FE Raquel, ese es tu nombre, la fe que nunca perdiste ni siquiera en el olvido.